lunes, 25 de mayo de 2009

Línea M

Subte eme.
Línea para suicidas.
La gente estaba cansada de suspensiones.
La mampara que sólo se abre cuando el tren para en la estación
no resultó.
Por eso
creamos la línea eme.
Solo pasa un vagón
vacío
sin luces en el interior
para que el público pueda arrojarse sin molestar a nadie.
El vagón hace un circuito.
En cada barrio una estación.
Pequeña,
disimulada.
Evitamos la apología.
Una entrada más chica que la de líneas comunes.
Solo una M color negro
sin escalera mecánica.
La entrada es también apropiada
para pungas.
Ellos no serán detenidos ni juzgados.
Robarle a quien va a perder todo
no es delito.
Subte eme.
Contamos con un equipo experimentado
que mantiene las vías y andenes
libres de huesos
y vísceras.
Luego de cada tren
los hombres trabajan
limpiando
eso
que el usuario deja.

viernes, 22 de mayo de 2009

Cucarachas

Personajes:
• Ella
• El
• Otro


Ella: Me arranco la piel, capa por capa. Aplasto cucarachas con medias de lana.
El: Mis rodillas se rompen: cucarachas (pausa). Olor a bebé. Ruido de bebé cucaracha.
Ella: Estamos contra la pared.
El: Escuchamos.
Ella: Estoy en las rajaduras de mi espejo.
El: Estás en la letrina de mis años.
Otro: De mis baños.
El: De mis años.
Otro: Bueh, por esta vez pasa.
El: Apenas soy entre el polvo.
Ella: Te ilumino siempre y sin embargo te vas. Te escribo lejos, arruga lombriz. Te quiero, pelo, en el espejo. Amarte y envolverte. Guardarte en mi manga. Con las llamas de mis dedos te encuentro, sinuoso, en mi cara. Te doblo y te pongo ahí, entre todos los polvos. En lo negro de mi olor.
Otro: Ahora... el la busca a ella. La busca, la busca y no la busca. ¿Está claro?
El: Te tengo, muñeca. Y no.
Otro: Y... no.
Ella: Escribo: “cucaracha”, “insecto”, “amor”. Larvas de tinta que sigo escondiendo (pausa). Te respiro en mi luz, de este lado. (pausa) Pero ¿así? ¿Así te despertaste?. Tan ... tan...
El: El rezo de la luna. (pausa) No digo tantas pocas palabras. Entonces... te desenvuelvo.
Ella: ¿Y así quedaste? Tan llano y pegado a esta otra piel. Me lavo con clavos la cabeza y me pongo tu ausencia (luto blanco para dejarte).
El: No se que tengo que hacer. Tu nuca partida en mi cuello… y no me pasa nada. ¡Oh, la primavera! ¡Chuparte el cerebro como antes! (pausa). El gato se metió entre sus piernas. Atrevido. Si pudiera mirar como ustedes. De acá hasta ella. Cuenta regresiva. Pasos cucarachas hacia la luz. Otra vez estas ganas tremendas de cagar. De cagarnos. Buenas noches culo de cabeza.
Ella: Entonces, te reemplazo por este recuerdo. Este recuerdo inmaculado.
El: ¿Donde los pongo?. ¿dónde siento todos los terrores?
Otro: En un banquito.
Ella: Sombra que maúlla mi alarido.
El: Camino sobre el agua. Vuelo tan alto. Escupo sangre y me mojo los pies (efectos de la altura) Pero vuelvo a caer. No estás en ningún horizonte y sin embargo respiro tu sangre, lejos de los pies, en tus palanganas vacías de sol. ¿Donde desmenuzar el corazón? Picarlo en trozos pequeños, espesos, para barnizar tu reflejo.
Ella: Te levantaste tan... tan... pegajoso hoy. En las rajaduras de mi espalda.
El: Lloro tu rostro, tu olor. Te llevo, descuartizada, en mi estómago. Sos lo único que tengo y te encierro para tenerte lejos, mientras me iluminás allá, afuera. Caigo muerto sin que te enteres. En tu espejo no aparecen las noticias.
Otro: Y… no.
El: ¿A quien le hablas si no soy yo? Vomito lágrimas mientras me quemás. Me seguís quemando.
Otro: Volvemos al espejo.
El Siempre estuve acá, en ningún espejo. Cuento otra vez los pasos hasta mi. Mido los metros en años sangre. De acá hasta ella.
Ella: Me quemo, mariposa, en el fuego. Para no escucharte.
Otro: ¿Y entonces?
Ella: Me ahorco de blanco para no verte.
El: Pero... ¿yo no era yo? ¿Yo no tenía caminos sólidos, de cemento?
Otro: Si. Tenías… tenías.
El: ¿Por qué hay solo bordes? No hay que caminar por los bordes. De acá hasta ella.
Otro: Hojas secas, cucarachas.
El: Tanto dolor por vos: palangana. Atrapapies. Trampa de hojas.
Ella: Rezo de la luna: La virgen me miente. Sudor… en manos que nunca lamí.